La yegua que vino a mi
tenía fresca la mirada,
tenía rosas en la crin
y la piel de azúcar y alba.
Galopando en la llanura,
sus bellos cascos de plata
con mil rayos de alegría
apuñaleaban mañanas…
Yegua (fragmento) Humberto Garza

Cometió el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No: “haber amado” o “no haber sido feliz” como escribió Borges sino tocar a un ser vivo cuando le agarró la corriente. En este caso, ocurrido esta mañana en la Constituyentes y Diego Calvissi, el límite entre Aeroparque y Campo Chico y el punto donde empieza el barrio de la salida, el acto fue temerario contra todas las recomendaciones elementales de la electricidad pero al mismo tiempo heroico para salvar a un yegua preñada que se electrocutaba por un cable tirado y fue cuando el “Pila” Gustavo Quiroz (28), un albañil que vive a unos metros, quiso empujarla, sacarla de ese temblequeo catártico y quedó él pegado en cadena de la misma descarga y dicen que una mujer con un palo logró despegarlo justo a tiempo para que en un estado grave por el choque eléctrico una ambulancia lo llevara al hospital a que le salvaran la vida.

Quedó internado en la Guardia por prevención. La yegua que, nos dijeron los vecinos, anda siempre por ahí con otros caballos, no tuvo suerte ni con el empeño de Quiroz. Quedó muerta.

La gente protestaba por los animales sueltos y por lo precario del tendido de baja tensión. Aseguran que el cable no cayó por la lluvias de anoche sino que estaba en esa esquina hecho un rollo desde hacía varios días.

El muchacho electrocutado no tiene nada que ver con el Toni Quiroz (18) asesinado por el “Kolino” Mendez hace unos días en la misma avenida Constituyentes pero once cuadras más para el lado del centro.