“más de uno a esa altura me respondía: a quién le importa…”
La marca del ganado     Pablo de Santis
En Junio la Policía federal detuvo en el Talar, Jujuy, a un hombre requerido por la Justicia de Orán. Nombre Jorge Antonio Parada (36) apodo Zorro.

Lo sospechaban integrar la banda reciclada del Gringo Palavecino unas diecisiete personas, según la Policía, lideradas por un tal Cindi metidas en una tentativa de robo en pasaje Lucardi. De una manera inexplicable la victima de declarar no haberle visto la cara a ninguno solo un tatuaje de cuello reconoció a un batallón en rueda de presos.

Para irse la mayoría arregló abreviados haciéndose cargo de las fantasías del expediente. El diez de diciembre mandaron a juicio a los cuatro rebeldes que no aceptaron hacerse cargo de cosas que no habían hecho.

A dos, el Zorro defendido por la abogada Cecilia Barba y al Misa Rioja pupilo de Fernando Ruiz los sobreseyeron.

Parada tenía otorgada desde fines de octubre la domiciliaria beneficio que nunca se plasmó.

Era que le enchufaron otra causa de robo y homicidio con la misma orfandad de pruebas que la otra.

A pedido de su defensora se revisó esta mañana en una audiencia con la Jueza Rosana Palomo la domiciliaria aceptada e incumplida.

Deben conseguir pulsera electrónica y el ministerio de seguridad de Salta formar una comisión para que lo trasladen a la vecina provincia. A su casa del Talar.