

“Continuaban interrogándolo y hasta quizás le hacían cargos…”
La ciudad enferma Héctor Barreto
Distinguirse por el entusiasmo, aunque lo de la capital nacional sea un slogan de mercaderes, es un rasgo positivo para Orán.
Menos el de ser la Sinaloa argentina o la capital nacional de los jueces corruptos o los funcionarios judiciales corruptos situación que parece empeorar cada año. Da un poco de miedito. Siendo ellos los castigadores rentados del sistema.
Desde que en 1996 el entonces fiscal de Cámara Ramón Escalante huyó a Bolivia acusado de abuso sexual contra un menor de once años todo ha ido de mal en peor.

Suena rutilante Raúl Reynoso y su caída de excelencia a execrable coimero de narcos. José Luis Bruno, su fiscal, próximo a enfrentar un juicio por la misma causa.
Suena Laurenci, suena el usía Claudio Alejandro Parisi (51) preso en un cuartito de la comisaría de Yrigoyen desde el dos de octubre del año pasado acusado de recibir dinero para favorecer a narcos y asesinos junto a su secretario del Juzgado de Garantías Maximiliano Correa (44) al sumariante de la defensoría de Género Héctor Manuel Alderete (51) –ex director de la banda municipal de música- al abogado Roberto “Negro” Ortega Serrano (55) y al derrocado intendente de Aguas Blancas Carlos Alfredo “Conejo” Martinez (50).

Maceraditos todos con más de un año enjaulados a Ortega, Martinez y Alderete les presentaron una propuesta de abreviado aceptando los dos primeros dos años y ocho meses de cárcel suspensiva y el Conejo un año y un mes a cambio de “confesar” ser autores de los delitos que les endilgan y mandando al muere a Parisi a Correa los peces gordos de la causa.
Posicionando en el olimpo al ministerio público espacio enfrentado con el poder judicial y a tono directo con la política.
También tienen una pila de denuncias las fiscales. Las buenas de la propaganda oficial que luchan contra la maldad.

Para que se rechacen los abreviados el abogado de Maxi Correa Pablo Tobio ha presentado ante el tribunal de juicio una oposición que sin pelos en la lengua desmenuza el mecanismo extorsivo usado para la confesiones donde los corruptos no son los presos sino los que lo diseñaron para sacarse de encima a quienes les ponían palos en la rueda y ensombrecían su cacareada infalibilidad.
Les negaron la libertad para quebrarlos y obligarlos a mentir a su favor. Estando acusados de figuras penales excarcelables.
A esta altura firman ser los saqueadores de la tumba de Tutankamón. Con tal de irse a su casa.
Que todos van por sus intereses en tanto seres humanos no cabe la menor duda. Todo lo demás es borroso. El héroe va a ser el que tenga soga para imponer un resultado. El que pierda el corrupto.
