“La noche era obscura, agujereada de mil estrellas…”
Nocturno      Ricardo Güiraldes
Después haber transpirado el jornal todo el día dos trabajadores de la misma finca, ambos de Pichanal, salían uno en su moto el otro en su bici de la finca Scabuzzo (arrendada por Abra del sol) dos kilómetros de norte a sur pasando el puente Elordi. Era Junio del 2020.

En la moto iba Angel Orlando Ramirez (51) de la Misión y en la bici don Alejandro Garcia Limón de la Villa Rallé. El vehículo con motor embistió al otro de atrás en medio de la negrura peligrosa de una zona marcada por los accidentes a una velocidad de menos de treinta kilómetros con un rastro frenético de frenada inútil. El ciclista dio la cabeza contra el asfalto y murió, Ramirez sufrió politraumatismos y doble fractura de una de sus piernas.

A cinco años fue juzgado por homicidio culposo. Le enrostraron impericia y/o imprudencia. Lo defendió al abogado Sergio Guerrero. A la hora de los alegatos la fiscal retiró la acusación.

Fue una tragedia. Para llorar, como decía un viejo penalista, no para castigar a nadie.