
“Fue en un viento de locura, sin ternura, sin perdón…”
Fruta amarga Homero Manzi
Una historia sórdida y truculenta fue puesta a debate el lunes en el despacho de la Jueza María Laura Toledo.
Pretendía establecer si lo que la fiscalía de delitos sexuales presentaba como la tragedia de cuatro nenitas entre los seis y los doce años siendo entregadas a cambio de plata por su abuela a señores mayores era el guión de una película de terror o una realidad ocurrida a pocas cuadras del centro de Orán. Lo denunció la madre de las víctimas en Julio del año pasado.
Los acusados son un jubilado de 88 años, tucumano, viudo, con un hijo médico y el otro abogado y un verdulero de carro de 52 años afectado por una artrosis galopante que a gatas camina con doble apoyo. Tienen cuatro y dos cargos de abuso sexual.

La mujer que los proveía de infantes en los papeles y también según las cámaras gesell de las pequeñas, oranense 52 años, afronta la figura penal de promoción y facilitación de la prostitución agravada continuada. Es la abuela. Los defiende la abogada Cecilia Barba.
El Juicio se inició. En la segunda fecha del martes lo declararon nulo por un conflicto con la asesora de menores. Tienen que fijar nueva fecha y Juez.
Al verdulero lo internaron.
