“Imaginé para ella un final innoble e inmediato…”
Un día después     Vicente Battista
Cretino, deleznable, canalla, degenerado, cualquiera de estos calificativos le queda chico a un sujeto condenado hoy a DOCE AÑOS DE PRISIÓN. Culpable de haber asaltado violado secuestrado y sometido a las más repulsivas humillaciones a una mujer delante de su hijito de siete años.

Fue en el sector noroeste de Orán el 16 de febrero del año pasado.

La victima miraba tele, una de la mañana, el nene jugaba, de pronto como en las películas de terror se cortaba la luz, y no era Edesa, era un infame que pechando la puerta emergía en la oscuridad iluminados solo sus ojos de gato por el celular de la dueña de casa. Le sacó el teléfono, la agarró de los pelos, la rameó por toda la casa primero por la plata y luego para someterla a un continuo de vejaciones sobre las que no vamos a dar detalle. La criatura de testigo. Sufrió golpes y tajos en todo el cuerpo. El ladrón usó su cuchillo y otros dos que levantó en la cocina.

Un hijo de puta dicho esto no en sentido literal sino insultante.

Rastreando el aparato robado llegaron a quien lo había comprado el mismo día del hecho. Se lo vendió Matías Agustín Paz (24) del barrio 17 de octubre. Un ADN no dejó dudas que era el violador.

No declaró nunca. Solo antes del veredicto pidió perdón por lo que hizo. O SEA, POR SI HUBIERA HECHO FALTA, CONFESÓ.

La disculpa sacó de quicio a los familiares de la afectada que tuvo que actuar la custodia policial de la Sala I para evitar su entendible furia.