“Miró hacia el montón, escamoso, de pesos fuertes, que plateaba delante suyo…”

Cuentos de muerte y de sangre      Ricardo Güiraldes

Esta mañana en un tribunales que parecía la Casa Blanca bajo amenaza de bomba de los Talibanes saturada de penitenciarios del grupo especial DICUSTRA con ropa de combate y armas largas revisando los baños y mirando desconfiados a los extraños que iban y venían en torno a la Sala I de Juicio se celebró la audiencia prevista para la formalización de la acusación contra los ocho supuestos asaltantes de la empresa Abra del sol en diciembre dos años atrás.

Por video estuvo el Gringo Cristian Palavecino (37) en papel de jefe desde la cárcel de Ezeiza y el Culi Delfor Rogelio Sandoval (52) en carácter de planificador alojado en Villa Las Rosas.

En persona flanqueado por cuatro guardias el Oso José Dimas Ruiz (42) contador e incipiente político caído en desgracia tenido como el topo que promovió desde adentro el violento despojo de ciento sesenta mil dólares y trece millones de pesos en la frutihortícola donde era gerente administrativo. El “Papilo” Cruz, Brian Palavecino hijo del jefe, Matias Malissia vecino del jefe, Gabriel Antonio Romero medio hermano del jefe y Mariana Gabriela Figueroa (34) oficiando de encubridora, completaban la grilla.

El Juez era Francisco Oyarzú y los abogados defensores Enzo Gianotti de cuatro, Pablo Cardozo Cisneros de dos, Maria Josefina Ruiz de su hermano el oso y un letrado Aramayo de Salta por Sandoval. Oyarzú rechazó los planteos defensivos aun cuando fue crítico respecto a la fuerza conviccional que puedan tener las pruebas en la etapa de juicio. Ahí se va definir todo. Desalojen ordenadamente.