
“-Amorcito, maté a un tipo porque me robó cinco gramos…”
Ciudad de Dios Rubem Fonseca
La calle Rivadavia en Hipólito Yrigoyen es el límite urbano al sur. Transitarla puede resultar peligroso en los tramos de territorio pipero centro de bandidajes dispuestos a cualquier desmadre por un poco de pasta base. El 21 de Julio del año pasado una mujer camina y otra, muy joven, la intercepta cuchillo en mano ordenando alucinada que le dé todo si no quiere que la cague matando. El botín es magro. Dos mil pesos y la campera chorizo de la victima.
Conoce a la ladrona, es la Ludmila, un chica adicta que desde la pubertad viene a los manotazos con la ley.
La Policía le canta piedra libre escondida detrás de un árbol. Devuelve la campera. La plata ya se la gastó en droga. Robo calificado es el delito que la deja alojada en la unidad penitenciaria 9 de mujeres.
Ludmila Sofía Ríos (24) fue juzgada hoy arreglando un abreviado en la Sala II. Confesó su problema con el alcohol y las drogas a más de ser autora del asalto. Aceptó cinco años de cárcel el mínimo de la pena por ese comportamiento. Es su primera condena y es de esperar sea la última.
