“Los niños pequeños no son cerditos; necesitan y exigen cuidados…”
Arrepentimiento Kate Chopin
Intrincadas como sus paisajes espinudos son las historias en el chaco de rivadavia de la banda sur. Monte adento, ocultas, lejos de Dios y del diablo, libradas a las pulsiones humanas más primitivas.
En el 2015 tres nenas abandonadas por la madre, con el padre preso por intentar matarla, fueron entregadas para su crianza a su madrina en un puesto a dieciocho kilómetros del pueblo.
El año pasado el hermano de las chicas alertó a la madre, de regreso en el pago, que ellas eran maltratadas por su tutora y que, además, sus hijos “les querían faltar”. Tenían catorce y quince años. La mayor desflorada de vieja data y la menor el himen intacto.
Dijeron en Cámara Gesell haber sido ultrajadas. Que su tía madrastra era malvada, que las tenía esclavizadas y las obligaba a tener relaciones con los hijos.
Ellos de 23 y 26 años junto a su madre de 52 llegaron a Juicio. Negaron los hechos y su abogado defensor Fernando Ruiz detalló las contradicciones, para él evidentes, de una mentira.
El Juez siguió otro razonamiento. Condenó a nueve años de prisión a la mujer y a siete y ocho a los varones. El viernes, al mediodía.