“A treinta pasos y tomando como blanco un naipe, no fallaría…”
El disparo Alexander Pushkin
El cierre del debate sobre el homicidio del finquero de las Varas, productor de zapallos, muerto hace más de un año por vecinos ganaderos no deparó sorpresas. Las posiciones de la fiscalía y la defensa se definieron en tres largas audiencias.
Carlos Starkieviez (71) murió luego de haber recibido un tiro de grueso calibre en la cabeza.
El marco fue la proverbial, trivial y típica bronca entre agricultores y criadores de animales que por la noche son largados a comer en las plantaciones lindantes.
Para la acusación Fernando “Cepillo” Romero y su primo Toño Molina creyeron resolver los problemas con don Carlos, matándolo. Para la defensa repelieron el ataque del productor, tanto así que su abogado Julio Villalba pidió absolución lisa y llana.
La decisión del Juez de Sala I cuyos fundamentos se conocerán en diez días fue condenar a Molina a diez años y ocho meses (el mínimo por homicidio con arma de fuego) y a Romero (el que efectuó los disparos) a doce de cárcel efectiva.