“Después agarró la bolsita y la empezó a necesitar…”
El monstruo Mariana Enriquez
En el fenómeno de la droga dos adicciones corren paralelas. La de consumir y la de vender. Dependes de una sustancia psicoactiva que te produce bienestar y de la plata de su comercio. No se sale fácil. No hay tratamiento ni escarmiento que puedan con esa patología de tranza que ni diez años preso logran curar.
Una serie de allanamientos de la Policía federal el pasado 6 de mayo en los fondos del 4 de Junio dejó el saldo de cuatro mujeres y un hombre detenidos. Un clan.
Secuestraron droga surtida armas de fuego y municiones. Hoy en la Sala I de Juicio un abreviado repartió penas.
La Bety Beatriz Lenis (53) condenada en el 2019 a cuatro años y dos meses por la misma milonga pactó seis años de prisión efectiva confesando vender droga con otras y acopiar balas (le secuestraron dos cajas calibre 45 y 9mm).
María Cristina Saracho (36) cumplirá cinco por venta y tenencia de arma de guerra (le secuestraron una Bersa Thunder 45). El abogado Luis María Quiroga fue su defensor y un hábil negociador de los castigos.
La Coya Rebeca Nilsa Pereyra (37) sumó cinco años a los seis de dos condenas anteriores por lo mismo que cumple con domiciliaria. Una chica de 22 y un chango de 27 que completaban el plantel se fueron con penas condicionales.
Lenis y Saracho tienen además el juicio pendiente de cohecho donde van a compartir banquillo con efectivos de Drogas Peligrosas acusados de recibir sobornos para dejarlas vender tranquilas.