“A veces pienso de qué le sirvió…”
El tío Facundo      Isidoro Blastein
La detención de un carro policial del GIC siglas de grupo de operaciones conjuntas o en crisis, una división de apoyo creada en el 2019 con ese toque guerra de marines que gusta tanto a las cúpulas azules, con 420 kilos cocaína empaquetada con el amarillo típico de los últimos tiempos, fue ayer la noticia de las noticias.

Levantaba el avispero del peso narco infectando el aparato del estado destinado a combatirlo.

Lo paró gendarmería en el control de Aguaray y de no ser que uno de los uniformados de combate entró en pánico y saltó del vehículo quizá ni lo hubieran revisado. Habían salido de Salvador Maza, su base.

Manejaba el agente Mauro Sebastian Palacios (27) oriundo de Isla de Cañas con año y medio de antigüedad acompañado del oficial subayudante Alejandro Manuel Bravo (23) de Cobos, dos años en la fuerza y siete meses revistando en la frontera.

El fugado hizo dos tiros para espantar a los gendarmes que lo perseguían y se perdió en el monte.

Los dos capturados fueron imputados hoy en una audiencia virtual del Juzgado federal de Tartagal. Palacios con la defensa de los abogados Ariel Vasquez y el oranense Sergio Herrera ambos ex policías y Bravo con defensa oficial. Les achacan transporte de estupefacientes doblemente agravado por el número de integrantes y por su función. No declararon. Se ordenó su traslado a Salta a la VII agrupación de gendarmería. De arranque nomas tienen ciento veinte días de prisión preventiva.