Los tiempos cambian y las leyes se van adaptando a los valores de cada época. Con el derrumbe del arcaico patriarcado y el advenimiento del feminismo en pro de la igualdad de derechos de la mujer lo que antes agravaba un delito hoy lo atenúa. Menos de un siglo atrás existía en las legislaciones el uxoricidio (el marido que mata a la esposa) honoris causa. Si el hombre encontraba a la mujer con otro tenía derecho a matarla sin sufrir penalidad o por una pena ridícula. El honor machista mancillado en un mundo dominado por hombres era una cosa que no te podías contener, que perdías la conciencia, que no sabías lo que hacías, y el femicidio era el remedio. Curiosa idea del honor.
“…Esa mujer tan transparente que se le veía pasar la sangre por las venas cuando algo la alegraba o la enojaba. Después vería su sangre congelada por el miedo, burbujeando de deseo o haciéndole hervir la cara de odio…”
Las aventuras de la china Iron Gabriela Cabezón Cámara
La mujer que encontraba a su marido con otra no tenía ese derecho. Si lo mataba pasaba el resto de sus días en la cárcel. Homicidio agravado por el vínculo.
No hace falta retroceder cien años, en Orán en el 2013 los Jueces de la Cámara del Crimen le dieron tres años en suspenso al femicida Carlos Cristian “Piraña” Contreras (36) que estranguló y enterró junto con la basura a su mujer Angélica Tissera (30) porque ella le dijo que tenía otro y eso lo encegueció. Una vergüenza nacional completada con que no se pudo casar la sentencia por una pelea entre los fiscales. Habilitaron que el tipo la asesinara brutalmente porque ella con su confesión de infidelidad lo había ofendido. Emoción violenta permitida, dijeron. Si hubiera sido al revés difícilmente avalaran la reacción de ella que, lo dijeron sin decirlo, se había mostrado muy ligera de cascos, sospechosa de putona. Prehistórico es poco. Sucedió hace cinco años.
A la fecha ese dictamen sería insostenible y ofensivo para la mujeres. Hoy la idea del sexo débil manda a la cárcel de por vida a los femicidas y atenúa las penas para las féminas que matan a su pareja porque se están defendiendo de los femicidas, reales, potenciales o históricos. Ser el macho de ser una potencia es una impotencia. ¿Puta? más puto serás vos.
El 15 de Octubre en el barrio Palmeras de la Colonia una sangrienta pelea doméstica trajo derivado al Hospital de Orán al boliviano Pablo Cabeza de 40 años con un diagnóstico de múltiples heridas punzo cortantes, en el hemitórax izquierdo, en el labio superior, en el brazo y en el flanco. Fue derecho a quirófano y de allí unos días a la sala de Cirugía. Su mujer, Ester de 28 años, acusada de lesiones graves, fue detenida. Según el hombre, que tiene familia en Guemes, recibió un llamado de su ex mujer y lo atendió en el momento que la actual entraba y en un ataque de celos y rabia lo atendió con el cuchillo. ¿Emoción violenta?.
Este Jueves 18, también a la siesta, otro masculino entraba grave a cirugía y luego a terapia con dos puñaladas en el pecho. Venía de los asentamientos Francini de Pichanal. Lo identificaron Rodrigo Alejandro Erazo de 27 años y la Brigada detuvo a su pareja de nombre Yanet de los Ángeles Paliza (26). Ella contó que llegó del trabajo machado y la agredió a trompadas. Que se defendió con el cuchillo de la cocina y que de los dos puntazos uno era de ella y otro se lo había clavado él mismo al parecer intentando terminar de matarse en la refriega. Erazo tiene pronóstico reservado. ¿Legítima defensa?.