“¿Se debe suponer que a una siempre ha de darle la gana?…”
La mula en la noria Ethel Krauze
El dueño de un comercio de ropa americana de la San Martín, Marcos Manuel Ajuacho Cuiza (34) fue condenado a seis años de prisión, el mínimo de la pena, tras ser declarado culpable de haber forzado sexualmente a su empleada doméstica, una chica de 17, según denuncia de septiembre del año pasado. Lo defendió el abogado Adrián Dominguez.
El trato carnal entre ambos estaba probado. Ella quedó embarazada, se acogió a la interrupción voluntaria y del cotejo de los restos ovulares Cuiza era el padre biológico.
La cuestión centraba en el consentimiento.
El hombre habló de una relación amorosa. La chica tenía un novio que estudiaba en Salta reaccionando con un invento, suponía, al saberse encinta. Por otro lado se había retractado confesándole a su hermana que era todo mentira.
Que él le prestara plata, le hiciera regalos o que fuera descripto como “atrevido” eran detalles marco en la historia. Para el defensor lo hacían inocente. Para los Jueces no.