“Queriendo llegar los primeros hasta la Virgen, antes que se le acabaran los milagros…”
Talpa Juan Rulfo
Una noche de noviembre del año pasado en la oscuridad del barrio San Cayetano, al sur de la ciudad, una vecina fue despertada por el ladrar frenético de los perros entremezclado con ruidos, gritos y llantos en la casa vecina. Allí vivía Matías Sergio L de 25 años juntado con una chica de 17. Fue rescatada por su madre con el maxilar fracturado consecuencia de un trompis. Él estaba borracho.
Llegó a juicio con muchos meses de cárcel acusado de lesiones graves calificadas. Su pareja quería que salga. Todavía le quedaba amor para una nueva oportunidad. Dijo haberse desmayado, no recordar nada. Para la fiscalía se retractaba por una ligazón emocional tóxica. Pidió sea condenado a tres años y seis meses de prisión efectiva.
Esperando el veredicto L se arrodilló frente a una banqueta y rezó juntando las manos en oración. Salió libre con un año en suspenso por lesiones leves.
Si le fue concedido un milagro ojalá lo aproveche.