“Corrían agitando sus patitas de pelícanos…”
El robo Katherine Anne Porter
Emprender una changuita de droga para los que trabajan en la frontera debe ser una oferta diaria. Los narcos aprovechan el río revuelto del bagayo para filtrar su mercadería. Un viernes atrás en sector de la bajada de la ripiera en el río Pescado los gendarmes divisaron a dos changos cargando una mochila que de solo verse descubiertos se tiraron de cabeza al monte.
No hacía falta tener la bola de cristal para suponerlos al servicio del negocio narco.
Varias patrullas convergieron y los tipos antes de ser atrapados revolearon la mochila en un último esfuerzo de impunidad. Fue de gusto.
Los identificados Fabian Miranda (19) del barrio San Antonio y José Pejusto (27) del Mitre traficaban ocho ortoedros grises peso bruto ocho kilos trescientos cuarenta y tres gramos de cocaína. Los acusan de transporte de estupefaciente. Dijeron ser bagayeros. Ninguno de los dos tiene antecedentes penales.