“No nos une el amor sino el espanto…”
Buenos Aires Jorge Luis Borges
La pagina de un escándalo sexual comienza a escribirse una noche de Junio. En el comedor El rey milanga a la vuelta de la terminal aparece una chiquita de doce años. Dice tener hambre y estar perdida. Es de otra localidad del departamento.
Al ser preguntada como fue a parar ahí tan tarde, tan chiquita, ella cuenta. Ha estado con un hombre en un hotel cercano, se han bañado, han tenido relaciones, y luego él, que tenía que volver a mendoza de donde había venido, le dio plata y la dejó en banda. El relato apura un alerta en la Policía.
A esas horas el padre está en Orán buscándola. Lo han usurpado. En el hotel la pareja inconcebible se ha anotado como papá e hijita.
En la playa de bagayeros el sospechoso espera un ómnibus de tour para viajar. Lo demoran.
Alexis Condorí Murillo es, en efecto, mendocino, de 29 años. Lo acusan de aprovecharse sexualmente de una nena inmadura y poco después suben la figura a violación lisa y llana teniendo en cuenta que la victima tiene menos de 13 años. No ha declarado una palabra. Lo defiende el abogado Fabricio Torres. Su conducta está más cerca del espanto que del amor.