“Al alba, unos pasos enérgicos retumbaron en los corredores de la casa…”
Cómo se salvó Wang Fo Marguerite Yourcenar
Una andanada de delitos sexuales copan las audiencias de las salas de Juicio en tribunales. En dos se dictó sentencia hoy.
A Jorge Rolando Aucapiña (52) le aplicaron seis años de cárcel, el mínimo de la pena, por abuso sexual con acceso carnal (la vieja violación). Una chica de quince años lo denunció en Rivadavia banda sur donde el imputado, un jujeño multioficios que estudió odontología en Córdoba y ahora cursaba un terciario, trabajaba y vivía.
La victima era la hija de uno de sus clientes que viajó a Orán y lo dejó de casero. Dijo que la metió en la pieza, cerró la puerta, la tiró en la cama y la accedió. Fue hace un año.
Roberto Ortega fue el abogado defensor. Previo al veredicto Aucapiña insistió con lo que fue su latiguillo a lo largo del proceso “soy inocente”.