“Con la llave que se había mandado a hacer, tranquilamente se marcharía…”
El sofá Enrique Anderson Imbert
La fuga del “Gringo” Victor Hugo Salvatierra (28) venía siendo tema de conversación en los corrillos policiales antes que se produjera.
El tipo tiene familiares en la fuerza, plata y audacia.
En las Palmeras de la Colonia donde recaló desde su detención el 10 de Octubre informaron preparativos de fuga en las camionetas que rondaban la dependencia y en sus notas a los carceleros. Dicen que ofrecía plata.
Walter Diaz el abogado salteño que lo representa junto a su hermano, pidió domiciliaria porque dijo que padece graves problemas renales. El 20 de diciembre rechazaron el pedido.
Ya estaba la prueba odorológica que lo vincula autor de la muerte por decapitación del “Kino” o “Bigote” Pablo César Almaraz un colega ganadero vecino ruta 34 por medio.
El 21 en vez de mandarlo a la cárcel como pedían lo trasladaron a Pichanal, su casa.
Hoy a las dos de la madrugada los presos lo vieron por última vez en el portón de las celdas. A las nueve y media durante el conteo nadie respondió a su nombre. No se halló en los calabozos el menor signo de violencia ni en los candados ni en las paredes ni en las rejas. Alguien le abrió la jaula. “Era cantado” escuchamos.