“-¿Cómo te llamas? -pregunté.
-¿Y eso qué diablos importa? -preguntó ella…”
La chica más hermosa de la ciudad Charles Bukowski
Les llaman piperas o piperitas son chicas hijas del abandono criadas en la calle a las que las drogas ayudan a soportar una existencia miserable, mantenidas, a falta de mejores recursos, sacandole plata a veteranos por sexo. Suelen ser parte de pandillas de drogados y no pocas veces las usan como carnada para desplumar a sus clientes viejos que terminan masacrados.
Muchos crímenes en Orán tienen ese sello.
El Viernes comenzó en la Sala I de Juicio el que se sigue contra Ramón Alberto R por abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de una adicta que, según contó el que la acompañó a sacarle plata (el imputado es sereno de un aserradero de la arenales al final) inventó lo de la violación cuando apareció el cafishio o el novio.
La médica que la revisó en su carácter de victima vio sus brazos recurseados, vio tajos de sangre sobre las cicatrices de otros tajos, advirtió en su sudor, su excitación, en su taquicardia, en su figura famélica los signos de una intoxicación narcótica crónica y eso fue lo último que se supo de ella porque no apareció más y menos al debate que sigue el Lunes.
R está preso desde mayo del 2021.