“Cuando el hombre se entrega al homicidio no hace más que seguir los impulsos de la naturaleza, es ella quien se lo aconseja…”

Filosofía del tocador

Donatien Sade (Marquez de Sade)

Las audiencias de debate contra el “Gonzi”, “Estuner”, “Estún” o “Chueco” Gonzalo Nicolas Castellanos, un chico de 23 años que trabajaba en el taller mecánico del padre en Belgrano y Esquiú, acusado de dar muerte de un puntazo al “Crotín” Andres Maximiliano Cuellar, un adicto de 17 al mediodía del 4 de Agosto del año pasado, estaban previstas del 13 al 16 de Agosto. Dilaciones más, dilaciones menos, igualito a mi santiago, empezó el 14 y terminó este Lunes 24 de Septiembre, con un veredicto de culpabilidad. El juicio fue en la sala I con plantel completo bajo con la presidencia de Aldo Primucci. Castellanos deberá cumplir 8 años y 6 meses de cárcel una vez firme la sentencia, caducando la prisión domiciliaria que le otorgaron al ser procesado.

El crimen fue un solo puterío. En un vecindario curado de espanto con los piperos, los robos y la violencia, visto la hora que sucedió hubo un desfile de testigos, cuyos testimonios fueron tan poco claros, que permitieron alegar a la fiscal que, como en las películas el muerto se había llevado puesto a su agresor con sus últimas palabras “Chueco, Chueco hijo de mil putas…”, y a la defensa sostener q ue nadie había declarado haber oído semejante cosa. Alguien estaba manipulando la prueba y llevando harina a su costal. Al nosotros, público asistente, nos parecía increíble ¿qué juicio puede llegar a buen puerto si cada cual da por cierto lo que se le da la gana?. Pasaba que en la sala, de tantos testimonios de idas y vueltas, se confundía “lo dijo” con “lo dijeron”.
El gentío que se juntó frente a la victima a la que los intestinos le salían por la panza escuchó que fue el “Chueco” y lo repetía.

Un par lo habían visto escapando del lugar hacia su casa en la esquina y el compinche que iba con el “Crotín”, otro adicto con una carretilla de antecedentes penales, el “Cabeza” Leandro Dario Salas (20), dijo que al meterse en el pasaje apareció con un cuchillo carnicero y primero testificó que le tiró unas piedras, luego que salió corriendo, primero que no vio nada, luego que vio todo, con un incongruencia delirante no supo decir ni de dónde lo conocía al Chueco, ni quien era, ni si tenía o habían tenido problemas con él, ni la razón por la que lo llamaba Chueco siquiera, dijo Chueco como podía haber dicho Santo Tomas de Aquino. Estuvo imputado. Para la abogada Lucinda Segovia, defensora de Castellanos, fue él y no su cliente, el asesino. El perfil le daba.

El acusado no tenía caídas. Prontuario en blanco. Tiene una hermana policía. Era obvio el folklore que les querían pagar a los testigos para que lo beneficiaran o que le estaban haciendo una pieza a una señora de 70 años, una de las que salió a ver, para que cambie sus dichos. Indagado, contó que fue a comprar marihuana al pasaje, que se vende lo mismo que chicles en un kiosko, vio un amontonamiento de changos, una discusión, un grito, y se fue. Consumir porros era una mancha en su legajo. Se comentaba que había actuado de justiciero porque el dúo pipero le había robado un estereo de un auto. Ese día, según Salas, venían de “ganarse” una moto en el 20 de Febrero y dejarla en la casa de Cuellar ya que no pudieron abrir el tanque para cargarle nafta. No era un invento. La moto fue secuestrada y tenía denuncia de hurto calificado en la Comisaría 24.

El dilema tenía una llave. Una pequeña llave. Un chiquito de 8 años había visto todo. En Cámara Gesell contó que el “Chueco” apuñaló a otra persona en la panza y que luego huyó. Sabía donde vivía. Pero la descripción que dio de un morocho, alto con un tatuaje en la mano, era la de Salas más que la del Chueco que no tiene ningún tatuaje y es blancón o trigueño. Lo resaltó Segovia que solicitó la absolución por la duda al tribunal.
Por fin, había sido el Chueco como todos decían, pero, ¿QUIÉN ERA EL BENDITO CHUECO?.

Claudia Carreras, la fiscal, pidió 15 años de prisión y costas. Se le fue un poquito la mano o, quizá, les quiso dejar paño a los Jueces para que fijaran la pena. La acusación pone el tope. Si en Casación se confirma la sentencia Castellanos será inmediatamente trasladado al Penal.