No hacía falta hacer un curso de Nostradamus para adivinar que a Francisco Javier “Pancho” Filtrín (56) condenado el 9 de noviembre a ocho años de prisión por haber violado a punta de pistola a su ex mujer, le iban a dar pronto la domiciliaria, por fin es tío de la fiscal encargada de los delitos sexuales y portador de un apellido dinástico en tribunales. Ya lo habían absuelto en un primer juicio anulado por el tribunal de Impugnación.

Lo que no podía imaginarse es la manera express de otorgarle el beneficio en la misma casa de la violada y de los hechos juzgados. No es ciencia ficción. No lo decimos nosotros, Está plasmado por la abogada querellante Lucinda Segovia en un recurso presentado el 21 de diciembre, un día después que ubicaran bajo vigilancia electrónica al abusador en el domicilio legal de la víctima.

El escrito aduce que se presentaron un par de certificados médicos sin estudios ni análisis que los avalen siendo que el propio Filtrín cuando fue preguntado en el debate si sufría de enfermedades crónicas o tomaba una medicación de por vida dijo que no. Afirma que fue notificada que el 3 de Enero del 2022 el reo iba a comenzar a gozar del encierro hogareño en otro domicilio y bajo poncho lo mandaron al de su ex mujer el Lunes 20 de diciembre.

Ella, que venía de Salta para instalarse no pudo, ni quiso, entrar. Piden se revoque la decisión por arbitraria y se realice una junta médica con profesionales imparciales (no los de tribunales) para saber si el ambiente carcelario supone un riesgo para la salud del hombre. Igual que cualquier preso común y corriente.