“Hay cosas mejores en la vida que ganar una disputa sobre linderos…”
Los intrusos Saki
De Orán a Salta recorres 269 kilómetros sin pagar peajes. En los tres mil metros a pata del trayecto bagayero detrás del puesto 28 de gendarmería tenés unos seiscientos pesos de gasto en cinco o seis peajes. Son territorios ganados por bandas de pesados que te cobran protección durante el horario comercial y te mejicanean fuera de horario.
Cumplen la doble función de policías y ladrones portando fierro y machete por si algún lonero no quiere pagar u otra banda pretende coparles la parada. Dicen que el dueño de un puesto embolsa más de treinta lucas diarias.
El trece del mes pasado una tiroteada entre bandas dejó el saldo de una bagayera de 20 años con un escopetazo en la pierna. Al día siguiente la Infantería Policial detenía en el mismo lugar a cinco convictos de entre 25 y 38 años que iban, supuestamente, a vengar la herida y a recuperar una “droguita” desaparecida en el entuerto. Les secuestraban cartuchos de escopeta y armas de filo.
A todo esto la Brigada tenía los nombres de tres hermanos como autores de las lesiones a la mujer. Eran Sebastián Teobaldo, Juan Daniel y Mario Cabral todos apodados chaqueños o chaqueñitos un trío de abultado prontuario. El cinco de noviembre detenían a los dos primeros con un arsenal de pistolas y una Itaka entre otras armas.
Mario quedó prófugo. Incursionó desde Bolivia donde vive escapado de sus causas penales pendientes. Playas de bagayeros del desvío. Ley de la selva.