“Mi compañera andaba con gran cuidado, como si tuviese miedo…”
Conejos blancos Leonora Carrington
Si bien en el ambiente idealizado de las familias pasa de todo no es común que el hermano mayor pida a la Justicia que metan preso al hermano menor. Una denuncia por abuso radicada en la Comisaría 20, ratificada hace unos días, presenta ese drama. Mujer de 29 años convive con su pareja de 26 en unos departamentos céntricos. El hombre se ausenta para cuidar a su abuela enferma. Tocan la puerta. Es el hermano de 23 vecino del mismo edificio.
La cuñada, por supuesto, lo hace pasar. Adentro el tipo se pone agresivamente mimoso atenazando desde atrás sus pechos y deslizando una mano hasta sus zonas bajas sin penetrarla. La Justicia caratula el hecho como abuso sexual simple. El escándalo anarquiza los lazos familiares. Hay represalias. Están los que creen y los que no creen.
El acusado al que apodan “Sanwi” declara y queda libre. Tiene antecedentes de violencia de género. Su hermano mayor, el ofendido, reniega de la decisión judicial. Lo considera un sujeto peligroso. A su hermano.