“No me gusta que sea drogona, pero ella me gritó muchas veces que ese business no era cosa mía…”
El puñal Jorge Fernandez Diaz
En un sentido figurado el “Coya” Edmundo Alberto Rojas (54) llegó a juicio por la violación de un chica de 16 años, medio renguito. Y no por la tobillera de su prisión domiciliaria. Ni por el accidente que tuvo en Córdoba en el 94 por el que tuvieron que reconstruirle la cara con placas de titanio.
Fue el hombre detenido en Salta hace unos años comprando rivotril y otras pastillas con recetas truchas del hospital, negocio que compartía con el agente sanitario Carlos Cardozo, por el que recibieron dos años y medio en suspenso.
Hoy los dos están presos, Cardozo por drogas.
A mediados de Agosto del año pasado una menor denunció que a punta de cuchillo Rojas la había alzado en la terminal trasladándola a su casa de barrio Guemes para empastillarla y dormirla siendo que al despertar estaba en corpiño y bombacha sin saber qué había pasado.
Unas petequias (puntos rojos) en su zona vaginal convencieron a la Justicia que el secuestrador la había violado. Al abuso le agregaron privación ilegítima de la libertad. A ella le detectaron cocaína en sangre. El acusado decía que la chica llegó sola a la casa y que él le lavó las zapatillas porque las tenía muy sucias. Aseguró que era una pipera con buena parte de la familia presa por vender drogas.
Su defensa, a cargo del abogado Santos Saldaño, tenía una explicación para la denuncia en su contra. Él había descubierto que la chica le había robado y la llevó a la Comisaría. Entonces ella, asustada, inventó la desmayada, el secuestro y tutti li fioqui, para zafar. Son patrañas, mentiras, dijo. Pidió la absolución lisa y llana, la Fiscal Filtrín, 11 años de cárcel. O era un degenerado o no era nada. “No entiendo nada de lo que me acusan” protestó Rojas antes de la sentencia.
Salió degenerado. El Juez Fabian Fayos de Sala II le dió 9 años de prisión efectiva, lo declaró reincidente y ordenó que por fiscalía se investigue si en su casa tiene un expendio de drogas. Punto aparte.
