“Aguante, Virgen Cabeza
que esta Catedral miseria
is a very serious thing
aunque una fiesta sin fin
de pura merca y cerveza
nos tenga de la cabeza…”
La Virgen Cabeza Gabriela Cabezón Cámara
En los últimos tiempos la multitud de changos que se sientan en los banquillos de las salas de Juicio juzgados, sea por un robo, por un homicidio o por lo que sea, no tienen problema en decir que fuman base, pasto, que se meten anfetas o rivotril, e, incluso, algún tradicionalista que aspira el viejo y querido poxirrán o la nafta que por el precio se ha vuelto inalcansable.
Forman grupos, defienden su vagancia y odian a la yuta. Son aburridos crónicos que con la droga la vida les pasa más rápido y los inhibe de llorar por no ser tenidos en cuenta, por no tener de qué hablar, por no tener alguien que los espere y los quiera. Tienen su cumbias, sus tatuajes, su argot, sus chicas, sus santos. Tan común es verlos papeándose en las esquinas que ya van a figurar en los GPS: de los piperos media cuadra.
En José Ingenieros y pasaje Los Paraísos del Taranto una patrulla de la Comisaría 25 vió un piperal de ambos sexos que como zombies se pasaban “cosas” de mano en mano. Eran las tres y media en sombras del Miércoles 20 del mes. No bien se hicieron ver los esquineros huyeron en una desbandada caótica. ¡La yuta, la yuta!.
Una agente pilló a una de las chicas que tenía en el corpiño un envoltorio de toallitas íntimas con 34 pacos listos para ser consumidos (o vendidos). Del bolsillo le secuestraban 350 pesos. Se pucherea con el minoreo. A Florencia Emilse Carrique de 22 años y con domicilio en el 4 de Junio la acusan de vender paco.