“¡No te ajuntes con ése ques malo!…”
El malo Enrique Gil Gilbert
Cinco meses atrás un alumno del Bachiller salió antes de clase y señalándole una moto al cuidador le dijo que era suya. No era suya. Para llevarla le rompió el tambor y la escondió en un baldío a la vuelta de su casa en barrio azucarero.
El cuidador lo conocía. Pronto la Policía lo buscó y tuvo que devolver la moto. Kevin Leonel Aparicio (29) quedó preso con una causa de robo de vehículo en la vía pública.
A principios de abril Marcelo Milanesi, su abogado, arregló con fiscalía un abreviado por tres años y un mes. Su cliente arrastraba una condena anterior ya cumplida por tentativa de robo calificado. En la audiencia el Juez opinó que el agravante de la vía pública no existía, la moto estaba custodiada en un lugar privado.
Redujo la figura delictiva a robo simple fijando una pena de cinco meses de prisión efectiva, o sea el tiempo que llevaba detenido, y un resarcimiento de tres mil pesos para la victima. Aparicio entró a la Sala acordado pasar tres temporadas preso y en tres minutos se fue a su casa. La suerte, esta vez, estuvo de su lado.