Gaitas, bombardas, oboes , antaras, zampoñas y chulis sonaron en Agosto para dos nuevas publicidades gubernamentales de fijensé como se combate la droga si es que no teníamos bastante con los patrones del mal y otros éxitos inolvidables.
Ahora era la caída del mayor proveedor del norte argentino, un boliviano, el Toño Castillo. Mucho gusto.
“…Su rostro mostraba la tranquilidad e interesada compostura del químico que contempla como los cristales de una solución sobresaturada caen hasta el fondo…”
Sherlock Holmes Arthur Conan Doyle
Lo googleamos. Apareció el productor musical nominado al Grammy Toño Castillo de Colombia.
Rápidos como el rayo unimos Colombia y Bolivia, ambos países productores de cocaína e integrantes de la ruta narco, quizá el viejo camino del Inca, que baja al río de la Plata. Debe ser todo una gran tapadera, fantaseamos.
A Antonio Toño Castillo, un hombre de 56 años nacido en Rosillas, Arce, departamento Tarija, de profesión chofer, la Policía Boliviana lo pilló en un control de ruta el 12 de Agosto con un documento argentino sin sello de Migraciones y cruzando información con el Centro de coordinación en operaciones antinarcóticos (FELCN-CCOAN) supo que era un buscado de Interpol, aunque, también lo vimos, no figurara entre los buscados de Interpol de la web. En Bolivia había cumplido una condena como traficante pero en la argentina era un sospechoso cantado en varias causas con pedido de detención. Traerlo por cancillería era largo y engorroso. Usaron el método te lo dejo en la puerta vos vé. Como estaba ilegal lo expulsaron del país y en la mitad del puente lo esperaba gendarmería nacional. Fotitos, titulares y festejos.
Tenía su historia el Toño. Era un sospechoso tiempo completo. Un poco fantasmal. Dueño presunto de varias cargas decomisadas. El 7 de Mayo del año pasado esperaba en Orán un embarque de 62 kilos con destino al jardín de la república. Lo perdieron por segundos. Detuvieron a sus socios Lino Delgado (53) remisero de la Colonia que transportaba la droga y al tucumano Ricardo Dislacio (50) que la esperaba en un estacionamiento atrás de la terminal. Las escuchas telefónicas indicaban que el capo narco era Toño. También, se dice, era dueño de los veinte kilos que la Policía Federal secuestró en la Sarmiento y San Martín el pasado 13 de Abril por cuenta del Juzgado Federal de Tucumán. 
En Buenos Aires está anotado proveedor de enormes camionadas en procedimientos con nombres de grupos de Rock and roll “Lagartos blancos” Brujas Blancas” “Mudanza blanca” y así. Lo tiene el conocido Juez federal Ariel Lijo. Si todo lo que se promociona es cierto. Se trata de un peso pesado, un fabricante, el Toño.
Su captura opacaba la del patrón del mal Juansuti con todo y sus 350 kilotes. No terminábamos de paladear el producto que ya venía el próximo, cuarenta y ocho horas después. Déjennos respirar hermano.
El Martes 14 un operativo antidroga en Salta con 17 allanamientos simultáneos catapultaba a la fama a la Cabo de Policía Eliana Lorena Fuentes San Millán, detenida como eslabón de una red de menudeo liderada por unos hermanos Guzmán y un tal Negro Ale. Lo secuestrado eran, informaron, 30 kilos de marihuana y cocaína sin discriminar cuanto de pasto, cuanto de polvo. Qué quiere que le diga. Entre el Toño y la Eliana. No hay comparación. No sé. Es cuestión de gustos.
